2017
fue un año muy viajero sobretodo para Altea, Pau y para mí. A parte
de nuestro viaje a Tailandia juntos, convencí a mi madre para que
nos fuésemos las tres chicas en un viaje por Estados Unidos. Ella
siempre había querido hacer la costa oeste y el 2017 era un buen año
para cumplir ese sueño. Mi padre nunca ha tenido especial interés
en ir a Estados Unidos pero claro, ¿cómo iba a decir que no si iba
su nieta? Para ‘contentarle’ decidimos incluir una extensión a
Nueva York ya que nuestra idea inicial era hacer costa oeste
solamente. Os cuento aquí toda nuestra ruta por Nueva York.
Nos
reservamos con Iberia
tres trayectos: Madrid – NY, NY – San
Francisco y Los Ángeles – Madrid. Nos costaron 1820 euros. Es dinero
pero teniendo en cuenta que no era un ida y vuelta y que quisimos ir
directos se nos disparó el presupuesto.
Alquilamos
un coche para ir a Madrid puesto que eramos tres adultos y Altea y
nos salía mejor que ir con el AVE y nos quedamos a dormir cerca del
aeropuerto.
Día
1
Salimos
con destino NY a medio día. El vuelo tenía un horario estupendo y
lo pasamos tranquilo. ¡Altea se portó fenomenal! Cuando llegamos a
JFK recogimos el equipaje y cogimos un taxi para ir a nuestro apartamento en la quinta con la 112. El apartamento estaba fenomenal, bien
situado, limpio, con habitaciones amplias… Como era buena hora nos
fuimos a hacer una rueda de reconocimiento, a comprar para los días
que venían, cenar y dormir. Altea se nos puso con fiebre y tuvimos
que darle apiretal. ¡Menos mal que se puso buena enseguida!
Día
2
Aprovechando
la diferencia horaria nos levantamos muy pronto. Desayunamos y nos
fuimos en metro hasta Union Sq. Dando un paseo nos visitamos el SoHo,
Greenwich Village, Chinatown… Hacía un tiempo buenísimo lo que
nos permitió disfrutar de la ciudad a tope.
Cuando
se hizo la hora de comer nos fuimos hacia Little Italy y en la calle
Mulberry entramos a un italiano. Pequeño, nada pretencioso, pero muy bueno. Hay muchos y todos tienen
una pinta muy recomendable.
Tras
descansar un poco los pies mientras comíamos nos hemos ido en metro
hasta la quinta avenida para ver el Plaza Hotel, entrar a Tifanny’s
y otras tiendas que hay que son una auténtica muestra de
arquitectura.
De
ahí andamos hasta la iglesia de St Patrick y luego hasta el
Rockefeller. Compramos las entradas y como van por cupos de hora y
nos faltaba un rato todavía nos fuimos hasta Times Sq y Broadway.
Luego regresamos para subir al Top of The Rock. Había una sala con
una instalación de luces en la que Altea se lo pasó en grande.
Cuando
terminamos, nos fuimos hacia casa en metro a descansar. Para ser el
primer día completo lo aprovechamos al máximo.
Día
3
Nuestro
segundo día completo en Nueva York no se quedó atrás. De buena
mañana hicimos el High Line. Es una ruta que recorre las antiguas
vías de los trenes de mercancías que lo han arreglado con bancos,
zonas verdes, tiendecitas muy monas…
Paramos
en el mercado de Chelsea que estaba a tope de gente y se nos iban los
ojos tras la comida tan rica que había.
Acabamos
en el Gallow Green. Es una terraza en el antiguo hotel McKittrick.
Nos lo recomendó una chica que vive allí y claro, territorio sin
explorar de turistas. En la terraza montan un bufet con comida muy
rica y siempre hay una banda tocando. Es un sitio fantástico que me
encantó. La comida, las vistas, la decoración rústica, la música…
Altea se hizo amiga de los músicos y le dieron unos shakers para que
tocara con ellos.
Después
de comer nos fuimos hacia el Lincoln Centre y más tarde a Central
Park. Alquilamos unas bicis y dimos una vuelta parando en algunas
zonas emblemáticas del parque. La fuente de Friends, el lago, el
puente… Como comenzó a llover nos fuimos hacia casa a tomarnos
unas cervecitas y a descansar.
Día
4
Nos
despertamos el tercer día y tras desayunar nos fuimos hacia la City
Hall. Ver como se mezclan los edificios antiguos con los nuevos es
espectacular.
De
ahí, andando llegamos hasta el puente de Brooklin y lo cruzamos
andando. Dimos una vuelta y nos compramos un café calentito y un
pedazo de tarta de chocolate que quitaba el sentido.
Luego
regresamos hacia Wall Street. Comimos en un vegetariano buenísimo y
muy bien de precio cerca de donde salía el ferry hacia Staten
Island. Elegimos subir a este ferry porque es uno de los que más
cerca pasa de la Estatua de la Libertad. Fuimos y regresamos sin
quedarnos en la isla.
Regresamos
al apartamento a descansar y ducharnos porque a las siete venia una
Limusina a por nosotros. Le dijimos al conductor que nos diese una
vuelta por Nueva York y nos llevase a cenar a un mexicano. Lo
disfrutamos mucho sobretodo Altea que comió todo lo picante de la
carta.
Día
5
Nuestro
último día completo en Nueva York comenzó con la visita al MoMA.
Una conocida de mi padre que trabaja allí nos abrió esperaba para
visitarlo. Sobre el MoMA pocas cosas se pueden añadir a lo ya
escrito en otros blogs y libros. Allí puedes dedicar todo un día entero y perderte entre
sus salas disfrutando de grandes obras y descubriendo pintores
nuevos. El MoMA era mi asignatura pendiente de mi última visita a
esta ciudad.
Nos
perdimos en La Noche Estrellada, visitamos a las Señoritas de
Avignon, vi por fin a mi querida Frida y disfruté mucho con Pollock
entre otros. Como Altea comenzaba un poco a impacientarse fuimos al
kids lab. Una zona habilitada para niños con juguetes de madera,
colores y muchas actividades para que los niños desarrollen el amor
por el arte y la creatividad. ¡Altea lo disfrutó a tope!
Cuando
salimos de allí estaba lloviendo así que comimos en Le PanQuotidien cerca de la quinta. Es una cadena de comida con muchas
ensaladas, sopas, bocatas… Al terminar bajamos hasta
el Flatiron. ¡Vaya vistaza!
De
allí fuimos paseando hacia la parte más antigua de Nueva York: la
zona holandesa. Con edificios muy bien conservados nunca había
estado allí. Cogimos un taxi para irnos hacia la Zona Cero y la
estación de Calatrava. La zona me puso un poco tensa. Hay muchísima
seguridad, tanta que no puedes ni apoyarte en un árbol, ni atarte la
zapatilla cerca de una rejilla porque enseguida aparece un señor
armado hasta los dientes a decirte que te apartes…
La
última noche cenamos en el bar
de bajo de casa. Cenamos pronto para
irnos hacia el aeropuerto a las cuatro de la mañana que salía
nuestro vuelo hacia San Francisco. Cuando llegamos al aeropuerto
nuestro vuelo no constaba en ninguna pantalla. Nos acercamos ya
nerviosos al mostrador y nos dijeron que Iberia había informado que
el vuelo salía una hora más tarde. Nosotros no habíamos recibido
tal notificación. Gracias Iberia por el servicio tan maravilloso... ya
he perdido la cuenta de todas las veces que hemos tenido algun problema
con vosotros...
El viaje continua hacia California y toda nuestra ruta continua en otro post
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada